Todos queremos ser exitosos. Por muy diferentes que sean nuestras metas, seguro que al indagar un poco en nosotros y un poco en los demás encontraremos un factor común, y es que todos queremos alcanzarlas. Sin embargo, este deseo ferviente de materializar un sueño no siempre es suficiente. ¿Por qué a veces cuesta tanto andar ese camino que sabemos que nos llevará a algo que anhelamos?
Hay para quienes la respuesta a esta pregunta es: el miedo al fracaso. La posibilidad de que las cosas no salgan según lo planeado puede asustar tanto que parece una mejor alternativa simplemente no accionar. Porque sí, es cierto que si no nos movemos no nos exponemos al peligro de tropezar, de desviarnos, de perdernos... de que las cosas salgan mal, pero, ¿realmente es tan grave fallar?
¿Por qué nos da miedo fallar?
Como quizá ya sepas, el miedo no es esencialmente "malo". Se trata de una emoción natural que como todas las demás viene a comunicarnos un mensaje: existe una amenaza a la que debemos responder. La cuestión con el miedo es que en su forma más primitiva busca asegurar nuestra supervivencia, pero para muchos de nosotros se presenta en situaciones que -de manera objetiva- no representan un peligro para nuestra integridad o ante escenarios que resultan poco probables.
En muchas ocasiones, fracasar nos asusta porque hemos medido la situación a la que nos enfrentaremos -y sus posibles consecuencias- con una vara demasiado alta y (probablemente) poco realista. Esta anticipación catastrófica de los hechos puede anular nuestra intención de llevar a cabo determinada tarea o plan, cohibiéndonos de conseguir eso que anhelamos.
Por otro lado, hay quienes crecieron en entornos en los que el valor personal estaba atado a la obtención de determinados resultados. Y por ende, equivocarse resultaba una vergüenza o humillación. Quienes fueron criados con la idea de que el éxito significaba no equivocarse nunca y que eran más valiosos si lograban este cometido, es probable que hayan desarrollado un miedo intenso a fracasar, pues esto significaría que no son lo suficientemente buenos para recibir el amor de sus seres queridos.
El miedo al fracaso también puede estar relacionado con una baja autoestima. No creernos capaces de afrontar los retos o llevar a cabo las tareas que se necesitan para llegar a cierta meta puede detenernos de si quiera intentarlo.
Por último, el perfeccionismo, la búsqueda de aprobación y reconocimiento por parte de los demás o situaciones del pasado en las que se haya experimentado una emoción desagradable en torno a un error o equivocación son factores que pueden alimentar el miedo a equivocarnos y fallar.
¿Cómo se manifiesta el miedo al fracaso?
Experimentar miedo no solo es natural sino que puede resultarnos de utilidad cuando sabemos qué intenta comunicarnos y cómo responder a él. Sin embargo, cuando el miedo es tanto que nos impide tomar acción, puede suponer un obstáculo o limitación en nuestro crecimiento y desarrollo.
Como siempre aclaramos: hacernos conscientes de los comportamientos o patrones de pensamientos que nos limitan es el primer paso. ¡Y qué paso! Hay conductas que tenemos tan normalizadas que necesitamos algo de información extra para que podamos hacer ese "click". En cuanto el miedo al fracaso, podemos identificar que nos está limitando cuando:
- Sentimos un rechazo visceral por intentar cosas nuevas (aunque nos llamen la atención)
- Tendemos a procrastinar en exceso.
- Tenemos un diálogo interno negativo, en el que nos repetimos a nosotros mismos que no somos lo suficientemente buenos para desempeñar una tarea, afrontar un reto, asumir un puesto...
- Tenemos conductas perfeccionistas.
- Damos una excesiva importancia a lo que los demás piensen de nosotros y del resultado de nuestras acciones.
- Subestimamos nuestros propios logros, avances o las cosas en las que nos desempeñamos bien.
- Tenemos conductas de autosabotaje.
¿Cómo sobrellevar el miedo al fracaso?
-
Reflexiona de manera realista sobe los escenarios: si tú temor es que ocurra el peor de los escenarios, ¿ya pensaste en cuál es?, ¿Qué tan probable es que suceda? Si la probabilidad es alta o por lo menos no mínima, intenta pensar en un plan de contingencia que pueda ayudarte si esa situación se da. Reflexiona además que tan grave o determinante para ti sería si eso que tanto temes sucede. En nuestro Manual para gestionar emociones tenemos varios ejercicios que están enfocados en disminuir el malestar emocional proporcionado por estos pensamientos catastróficos.
Recuerda también que el journaling es un excelente aliado a la hora de gestionar emociones desagradables.
-
Da pequeños pasos: dividir un gran miedo en pequeños miedos es una técnica sobre la que ya hemos conversado. En este post te explico cómo realizarla. Esta estrategia funciona porque a través de ella podemos ir incrementando la confianza en nosotros mismos y acercándonos de manera progresiva a esos lugares a los que dar un salto directo nos causa terror.
-
Practica el mindfulness: la anticipación es, muchas veces, lo que acentúa el miedo al fracaso. A través de la práctica de la meditación, respiración consciente o atención plena, nos damos la oportunidad de volver al momento presente y tomar acción del ahora. Puedes buscar algunos ejercicios en YouTube o en tu app favorita.
-
Replantea el fracaso: al final del día lo que más asusta de fallar es en lo que creemos que nos convertiremos si algo sale mal. Tenemos la idea de que equivocarnos o fallar es motivo de vergüenza, disminuye nuestro valor o nos convierte en seres no tan capaces. Y esto no es verdad.
Lo cierto es que el error es parte de nuestra naturaleza humana. Si dejamos de verlo como algo malo y comenzamos a aceptarlo como otra posibilidad más, podremos responder a él de maneras más útiles y provechosas. Las equivocaciones no son más que otro método de aprendizaje pues a través de ellas adquirimos nueva y valiosa información que luego aportará a nuestro crecimiento.
- Asiste a terapia: si te cuesta demasiado manejar por tu cuenta el miedo al fracaso y te has dado cuenta que está limitándote en una o varias áreas de tu vida, es importante que busques ayuda profesional. En Psiconfort estamos para acompañarte. Además, en este momento puedes aprovechar nuestro Pack para nuevos pacientes, en el que obtienes las dos primeras consultas por el precio de una.