Los celos -como quizá habrás comprobado- son una experiencia emocional cuando menos incómoda para quien la atraviesa. Aunque suelen ser más asociados con relaciones románticas, estos pueden aparecer en otros contextos interpersonales: dinámicas familiares, laborales o relaciones de amistad pueden despertar en nosotros este tipo de sentimientos.
Y quizá por lo desagradable que resulta sentirlos, hoy en día tienen tan mala fama. Todos hemos escuchado decir alguna vez que "los celos destruyen relaciones" y es común asociarlos con conductas tóxicas y destructivas pero, ¿por qué sucede esto?
Los celos se convierten en un problema cuando utilizamos para ellos estrategias de afrontamiento drásticas que conducen a comportamientos abusivos y/o violentos. Sin embargo, la psicología evolucionista sugiere que esta experiencia emocional tiene de hecho un propósito que no solo puede ayudarnos a comprender mejor por qué sentimos celos sino cómo podemos usarlos a nuestro favor.
¿Por qué siento celos?
Empecemos por el principio. Si te pregunto si has sentido celos alguna vez, tu respuesta probablemente sea afirmativa. Pero ¿qué responderías si te pregunto por qué los sientes? Más allá de las circunstancias individuales que han moldeado la percepción de cada quien, hay algo de universal en las emociones que vale la pena explorar. Los celos, en el sentido más general, "son respuestas afectivas y conductuales a situaciones reales o imaginarias en las que una posesión muy valiosa, a menudo una relación social, está amenazada de ser desplazada o perdida" ¹.
A diferencia de la envidia, de la que ya conversamos en un artículo anterior y que se trata más bien del anhelo de poseer lo que otro tiene, los celos se tratan de la potencial pérdida de una relación que consideramos valiosa y la urgencia de actuar para prevenir que esto suceda. Estos aparecen cuando sentimos que un posible rival puede arrebatarnos el afecto o la atención de alguien que de alguna manera nos importa. Si este factor inicial se combina con nuestros propios miedos, inseguridades o trauma, se crea una especie de cóctel emocional que puede ser bastante complicado de digerir.
Entonces, ¿para qué sirven los celos?
Como leíste al inicio, la psicología evolucionista habla de los celos como una herramienta que tiene un papel adaptativo para nosotros como especie.
Muchos de los rasgos físicos o psicológicos que nos caracterizan son mecanismos que han sido moldeados por la evolución para facilitar nuestra supervivencia y reproducción. La necesidad de proteger y garantizar estos factores nos llevó a desarrollar nociones de lo que era valioso para tales fines como, por ejemplo, una pareja con la que se pudiera no solo procrear sino compartir las responsabilidades de crianza.
Por supuesto, la evolución no se detuvo allí. Hoy no somos los seres meramente instintivos que una vez fuimos. Hemos desarrollado raciocinio y criterio y hay para quienes la necesidad biológica de reproducirse ha pasado a segundo plano. Sin embargo, en la codificación de nuestros genes está todavía presente la necesidad de cuidar aquellas relaciones que son valiosas para nosotros pues asociamos perderlas con consecuencias negativas que van más allá del dolor emocional tal como lo conocemos.
En el contexto de hoy en día los celos sirven como una señal de alerta que nos indica que podemos estar en riesgo de ser abandonados por alguien que apreciamos.
¿Cuándo son un problema?
Porque sí, ciertamente los celos pueden ser un problema. Y uno grande. Si quieres aprender a reconocer cuando lo que sientes ha dejado de ser saludable o funcional, algunos indicadores importantes son:
- Los celos te conducen a pensamientos obsesivos o incontrolables.
- Notas comportamientos compulsivos.
- Derivan en comportamientos dañinos como seguir a tu pareja o intentar controlarla.
- Te generan un nivel de angustia o ansiedad que te impide desenvolverte en tu día a día con naturalidad.
¿Cómo gestionarlos mejor?
Cuando las sensaciones y pensamientos derivadas de los celos se vuelven demasiado abrumadoras o incontrolables, lo más recomendable es buscar ayuda de un profesional.
Si no te sentiste identificado con los indicadores que acabamos de repasar o quieres complementar tu proceso terapéutico, puedes:
- Expresar cómo te sientes: ¿sabe tu pareja cómo esa situación o persona te hizo sentir? En algunos casos la otra parte puede ignorar el malestar que te generó y no es sino hasta que lo verbalizas que pueden llegar a un acuerdo. Recuerda practicar la asertividad y expresarte desde el "yo" en vez de recurrir a las acusaciones directas que pueden provocar reacciones defensivas en el otro. Usa esta oportunidad para establecer límites y acuerdos en los que ambos puedan sentirse tan cómodos y seguros como sea posible.
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Aceptar y sentir: sí, los celos son una experiencia incómoda y desagradable. Pero si en vez de reprocharte por sentirlos o buscar alimentarlos para que te dominen, simplemente le permites a la sensación acompañarte por un instante, será más sencillo aliviar el malestar para luego explorarlo. Cuando aparezca esta emoción, recuerda respirar profundo, conectar contigo, observar en qué parte de tu cuerpo se está manifestando la incomodidad, y luego inhalar y exhalar unas cuantas veces hasta que la intensidad haya disminuido.
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Cuestionar las amenazas: una vez aliviada la sensación, puedes intentar preguntarte ¿qué tan real es el peligro que generó en ti el malestar? En ocasiones, la sensación de riesgo viene dada por situaciones anteriores que hemos experimentado que no corresponden a la realidad que vivimos en el presente. Pregúntate qué tan probable es que ocurra la historia que te estás contando acerca de esta situación.
- Construye tu propio lugar seguro: a largo plazo, la mejor manera de lidiar con el malestar que producen los celos es sentirte seguro y a salvo contigo mismo. Reforzar los pilares de tu autoconfianza te ayudará a, poco a poco, dejar de sentir que es sencillo reemplazarte o perder lo que amas a manos de un rival. Además, será posible para ti convencerte de que no importan las decisiones que tomen los demás si al final del día siempre te tienes a ti.
¿Y si son los celos de mi pareja los que me afectan?
Si bien estar en una relación con una persona celosa no necesariamente tiene que ser un deal breaker, es extremadamente importante que aprendas a identificar algunas señales que pueden indicar que la situación no es saludable e incluso que podrías estar en riesgo.
Si los celos de tu pareja se sienten obsesivos, si le conducen a comportamientos abusivos o violentos, si intenta controlarte o aislarte, la prioridad es protegerte. Como mencionamos al principio, los celos mal gestionados pueden tener dolorosas consecuencias y tu bienestar e integridad es un precio demasiado alto a pagar a cambio de una relación.
Por otro lado, si los celos de tu pareja no representan un mayor problema o amenaza, puedes ayudarle a trabajar en -tal como mencionábamos más arriba- construir espacios en los que ambas partes se sientan seguras.
Las recomendaciones que leíste hace un momento sirven a la inversa. Escucha las inquietudes de tu pareja, responde sus interrogantes y acompáñale en el proceso de quitarle poder a aquello que percibe como una amenaza. Por último, no olviden establecer límites y crear acuerdos que funcionen para los dos.
Últimas Recomendaciones
Como ya vimos, es natural sentir miedo de perder aquello que consideramos valioso. Y aunque realmente no hay una manera sencilla de lidiar con los celos, este no tiene por qué ser un factor determinante. Si te encuentras en una relación saludable (este artículo se enfocó en los vínculos románticos pero recuerda que también aplica para relaciones familiares, de amistad o incluso laborales) es posible encontrar maneras para disminuir los malestares que esta emoción puede traer consigo. No siempre será sencillo, pero es posible y vale la pena intentarlo.
Desde Psiconfort
Las manifestaciones de los celos pueden aparecer en forma de sensaciones de rabia, tristeza, angustia o ansiedad. Familiarizarte con estas emociones y aprender a relacionarte con ellas de manera más saludable es una estrategia que puede ayudarte a disminuir el malestar ocasionado por los celos. Para ello, tenemos Sentirse Mal No Está Mal: Manual para Gestionar Emociones. Un compendio teórico práctico en el que encontrarás casi 30 ejercicios diseñados para enseñarte a gestionar mejor las experiencias emocionales que atravieses. Si quieres saber más sobre este recurso haz clic en el enlace.
1. (Buss, 2000; Pfeiffer &Wong, 1989; Daly, Wilson, & Weghorst, 1982; Mathes, Adams, & Davies,1985).