¿Alguna vez te has preguntado por qué quienes creamos contenido psicoeducativo nos enfocamos tanto en el tema del agradecimiento? Porque funciona.
Comúnmente, la gratitud es asociada a prácticas religiosas o espirituales. Y aunque probablemente podamos hallarla en estos lugares, no es allí donde vamos a buscarla el día de hoy. En esta ocasión, vamos a hablar más bien de la ciencia de la gratitud, cómo afecta a nuestros estados emocionales y de qué maneras cualquiera que así lo desees puede integrarla a su vida.
La psicología de la gratitud
Para la psicología positiva, la gratitud es más que la acción de agradecer. Se trata más bien de un sentimiento de apreciación más profundo hacia lo que se tiene y lo que se es. A través de ella, podemos conectar de manera más genuina con nuestra propia historia y caminar sabiendo que cada paso que damos, y cada tramo de nuestro camino está impregnado de significado.
En 1983, el mismo Maslow -sí, el psicólogo creador de la famosa pirámide- afirmó que “el acto de gratitud juega un papel importante en el bienestar psicológico y la autorrealización.", cumpliendo diferentes papeles dependiendo de la etapa vital en que el individuo se encuentre, tal como lo sugiere este estudio, que nos explica cómo quienes se habitúan a experimentar gratitud desde edades tempranas, pueden crear vínculos más saludables con su entorno, además de disminuir la tendencia a vivir conductas de riesgo en la adolescencia, mientras que en los adultos jóvenes, el agradecimiento como práctica nos vuelve más capaces de lidiar con situaciones de estrés, balancear nuestros estados emocionales y orientar nuestros pasos en dirección hacia las cosas que nos generan genuino bienestar o que realmente disfrutamos, propiciando que nos sintamos más satisfechos con nuestro presente y nuestra realidad.
Y aunque la ciencia de la gratitud aún es joven, existe hoy evidencia que nos indican que demostrar regularmente expresiones de agradecimiento conduce a un incremento en la felicidad, así como un aumento en los niveles de satisfacción, sentido y productividad.
¿Qué cambia cuando soy agradecido?
La gratitud, cuando es convertida en un hábito, tiene la capacidad de producir un sentimiento de felicidad y satisfacción duraderos, cuya base fisiológica se encuentra en el nivel de los neurotransmisores. Cuando expresamos gratitud y recibimos lo mismo, nuestro cerebro libera dopamina y serotonina, los dos neurotransmisores cruciales responsables de nuestras emociones, que nos hacen sentir "bien". Mejoran nuestro estado de ánimo de inmediato, haciéndonos sentir genuinamente felices y satisfechos.
Al practicar conscientemente la gratitud todos los días, podemos ayudar a estas vías neuronales a fortalecerse y, en última instancia, crear una naturaleza positiva yagradecida permanente dentro de nosotros.
Expresar gratitud no solo a los demás sino también a nosotros mismos, induce emociones positivas, principalmente felicidad. Al producir sentimientos de placer y satisfacción, la gratitud también afecta nuestra salud y bienestar en general.
Otros efectos positivos de cultivar la gratitud son:
- Mejora tu bienestar emocional.
- Se fortalecen tus relaciones interpersonales y te ayuda a crear vínculos más profundos y genuinos.
- Te vuelves más propenso al optimismo y, a su vez, aumenta tu tendencia a tomar decisiones orientadas a que resultados optimistas (¿te suena la frase "creer es crear"? Bueno, algo de esto)
- Cambiará la manera en que reaccionas a la adversidad. Las personas habituadas a agradecer son capaces de reconocer los momentos difíciles como puntos de transformación, aceptar la adversidad y continuar a pesar de ella.
Gratitud y autoestima
Practicar la gratitud de manera constante y consciente no solo tiene efectos positivos en tu relación con el exterior sino que también impacta tu relación contigo mismo.
Quienes practican la gratitud, son más capaces de reconocer sus propios logros y cualidades, aumentando así su autovaloración y mejorando el concepto que tienen de sí mismos. Además, y como mencionábamos en el apartado anterior, ser agradecidos nos permite responder con mayor estabilidad a la adversidad, aumentando así la confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad para navegar los retos que la vida traiga.
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Ser agradecido puede, además, darnos la determinación que necesitamos para tomar decisiones en nuestras vidas que promuevan nuestro bienestar físico, mental y emocional a corto, mediano y largo plazo, ayudándonos en la tarea de encaminar nuestros pasos en dirección a las metas, sueños y objetivos que nos hemos planteado, y demostrándonos a nosotros mismos que somos capaces de llegar a ellos.
¿Cómo comenzar a agradecer?
La gratitud es un hábito. Y como cualquier hábito, puede construirse. Si no estás muy familiarizado con esta experiencia emocional, no te preocupes. Al principio puede resultar incómodo o extraño, incluso puede que se te dificulte encontrar motivos para agradecer. Pero, como casi todo en la vida, la práctica hace al maestro, y con solo una pizca de voluntad podrás comenzar a integrar esta maravillosa herramienta en tu vida.
Si no estás seguro de por donde comenzar, puedes revisar el Manual Para Gestionar Emociones, en el que hay todo un capítulo de actividades dedicadas a esta experiencia emocional. De cualquier manera, aquí te dejo algunos tips que pueden servirte de guía para comenzar a cultivar la gratitud de forma regular.
- Escribe una nota de agradecimiento. Puedes fomentar felicidad y nutrir tu relación con otra persona escribiendo una carta de agradecimiento en la que expresescuánto disfrutas y aprecias el impacto que su presencia ha tenido en tu vida. Envíalo, o -si es posible y te sientes bien con la idea-, entrégalo y léelo en persona. Convierte esta práctica en una constante, puedes intentar -por ejemplo- enviar una al mes. De vez en cuando, escríbete una a ti mismo.
- Agradece a alguien mentalmente. ¿Sin tiempo para escribir? Puede ser útil pensar en alguien que haya hecho algo bueno por ti y agradecer mentalmente a esa persona.
- Lleva un diario de gratitud. Escoge un momento del día (puede ser por las noches antes de acostarte o en la mañana tras despertar) para agradecer por las pequeñas y grandes cosas que tienes en tu vida. Puedes agradecer por tu cuerpo, que te ha permitido realizar los pendientes del día, por las comodidades que tengas en tu hogar, por una persona o un gesto que te haya hecho sentir a gusto durante el día, por el último libro que leíste o por el simple hecho de estar aquí. Dale rienda suelta a tu imaginación y encontrarás que tienes mucho por qué agradecer.
- Cuenta tus bendiciones. Elige un momento cada semana para sentarte y escribir sobre tus bendiciones, reflexionando sobre lo que te salió bien o por lo que estás agradecido. A veces ayuda elegir un número, como de tres a cinco cosas, que identificarás cada semana. Mientras escribes, sé específico y trata de evocar en las sensaciones que experimentaste cuando sucedió eso que escribes.
- Reza. Si practicas alguna religión, puedes usar la oración para cultivar la gratitud.
- Medita. La meditación de atención plena implica centrarse en el momento presente sin juzgar. Aunque las personas a menudo se enfocan en una palabra o frase (como "paz"), también es posible enfocarse en aquello por lo que estás agradecido (el calor del sol, un sonido agradable, etc.)
Últimas Recomendaciones
Desarrollar hábitos emocionales saludables es un paso fundamental para experimentar un día a día con mayor bienestar. A través de la practica constante de la gratitud, podrás reconocer y apreciar todo aquello que te rodea e impacta de manera positiva en ti.