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Cómo gestionar el duelo en navidades

Mariale Sánchez

La pérdida de un ser querido es, en la mayoría de los casos, una experiencia difícil. Los procesos de duelo relacionados a la partida física de alguien que amamos son extremadamente particulares y definitivamente complejos. Unos serán más intensos o duraderos que otros, pero cuando el vínculo que se ha perdido era muy estrecho, naturalmente despertará emociones intensas y dolorosas. 

La navidad puede ser especialmente difícil para aquellos que han vivido una pérdida reciente o cuyos procesos de duelo permanecen activos en estas épocas, pues a diferencia de cumpleaños o aniversarios importantes que se celebran en privado, en diciembre es complicado escapar del clima de celebración. El júbilo y festejo propios de esta época del año puede hacer más notoria la ausencia del ser querido, despertando en nosotros tristeza, culpa, frustración e incluso rabia... todas estas emociones, naturalmente incómodas, pueden volverse mucho más difíciles de manejar cuando nuestro alrededor nos está invitando constantemente a permanecer activos y felices. 

Porque lo cierto es que, aunque a veces así lo quisiéramos, no hay un botón de pausa para el duelo. Este proceso continuará aún cuando el mundo exterior se pinte de celebración. Y si bien no es saludable intentar reprimir o modificar las emociones que se vayan presentando, hay algunas estrategias que pueden ayudarte a aliviar el dolor que estés experimentando. ⁣Y eso es lo que quiero entregarte hoy. 


¿Cómo aliviar el malestar emocional?

  1. Permítete sentir. 
    Una de las estrategias de afrontamiento más comunes en estas situaciones es desconectarse de la emoción. Bien sea intentando evitar el dolor y actuando con normalidad, como si el duelo que viven no puede afectar las dinámicas navideñas, o, por el contrario, aislándose de reuniones y eventos que puedan detonar en ellos alguna emoción complicada. Ambos métodos son maneras de intentar seguir adelante, pero a largo plazo pueden intensificar el malestar emocional y extender mucho más el duelo.
    Las emociones son tus compañeras en este proceso, traen consigo mensajes importantes que, una vez atendidos, desaparecen.
    Recuerda que es natural que durante estas fechas te sientas más movido emocionalmente de lo habitual. Que aparezcan dolores que creías ya haber superado y que estos se mezclen con la felicidad de otros logros alcanzados. Todos estos sentimientos son válidos y merecen ser aceptados. Derivan del inmenso amor que sentías por quien partió.
    Si se te dificulta la tarea de gestionar las emociones que van apareciendo en este proceso, puedes revisar nuestro Manual para Gestionar Emociones: Sentirse Mal No Está Mal. Una recopilación de ejercicios teórico prácticos diseñados para ayudarte a navegar las distintas sensaciones y emociones que puedas experimentar. 
  2. Expresa tus deseos. 
    Tal vez sí quieres celebrar, pero irte más temprano de la fiesta. Quizá quieres mantener todos los rituales intactos o puede que te apetezca cambiar la hora de la cena. Está bien poner en pausa algunas de tus tradiciones navideñas, o comenzar otras nuevas. Identifica qué necesitas y conversalo con las personas que te acompañarán estos días. Si varios del grupo están siendo afectados por la pérdida, es conveniente que expresen sus deseos y necesidades y así puedan llegar a acuerdos que les permitan llevar a cabo las comidas o reuniones de formas que puedan sentirse apoyados.
  3. Honra a tu ser querido.
    Puede parecer especialmente doloroso hacer alguna ceremonia o evento que de alguna manera conmemore a quien no está. Pero hacerle presente en estas fechas puede ayudarte a aliviar el dolor o la tristeza que experimentes. Honrar su vida y todo lo que viviste a su lado es una bonita manera de disminuir el peso de la ausencia. Además, si este momento de recordar y agradecer es llevado a cabo en grupo, les ayudará a estrechar sus lazos y a repartir el peso de sus tristezas. No hay nada que reconforte más que sabernos acompañados. 
  4. Evita el aislamiento.
    Está bien si necesitas más tiempo para ti. Pero por tentador que parezca, aislarte puede que te traiga más daños que beneficios. Quienes te quieren y se preocupan por ti no tendrán problema en abrazarte si se te escapa una que otra lagrima durante la cena. Al contrario, seguro que querrán acompañarte y buscarán comprenderte y apoyarte. Déjalos. Puedes aclarar ciertas cosas que sientes que generarían demasiada carga emocional y prefieres evitar, como preparar cierto plato, o tocar alguna canción.
    Si te encuentras completamente solo puedes intentar buscar grupos de apoyo online o mantenerte cerca a través de video llamadas. 
  5. Incluye a los niños de la familia.
    Como adultos, podemos vernos tentados a excluir a los niños de la familia de información importante acerca de los cambios en las dinámicas familiares, o a las causas de estos cambios.Y si bien estas actitudes surgen de nuestra necesidad de protegerles, podemos terminar creando en ellos confusión e intensificando las emociones displacenteras que de por si estén sintiendo. Los niños son capaces de asimilarlo todo, siempre y cuando les hablemos con amor y honestidad. 
  6. Haz las paces con el conflicto.
    No solo es natural, sino que es válido que sientas deseo de celebrar las navidades aún cuando tu proceso de duelo sigue activo. Puedes vivir momentos felices y honrar la vida de quien partió. Puedes crear nuevas experiencias y aún así  permitirte sentir el dolor o la tristeza. Puedes tener momentos de celebración y alegría sin que eso signifique que estás olvidando o dejando atrás a tu ser amado. Recuerda que la vida sigue. Y aunque quizá las navidades no vuelvan a ser las mismas a lo que alguna vez fueron,  no significa que no encuentres maneras de hacer de esta, nuevamente, una época feliz.

 


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