¡Y así damos inicio formal a este espacio! Parece oportuno que nuestro primer artículo trate de un tema tan simple y a a la vez tan fundamental como el desarrollo de la empatía.
En la construcción de un bienestar integral, la empatía es una herramienta vital a través de la cuál podemos establecer vínculos más genuinos y profundos con aquellos que nos rodean, además de permitirnos nutrir nuestra percepción de la realidad, transformando así el mundo que habitamos.
Pero, ¿qué es la empatía? A grandes rasgos, esta se refiere a la capacidad de compartir y comprender las emociones de los demás. Sin embargo, quizá el atributo más característico de la empatía, es que implica un nivel de auto percepción o auto consciencia. Cuando somos empáticos no estamos asumiendo el papel del otro ni poniéndonos en su posición sino que, desde nuestros propio ser, somos capaces de comprender por qué responde de la manera en que lo hace, por qué sufre o se alegra ante ciertos estímulos, por qué cree en las cosas que cree o toma las decisiones que toma aún sabiendo que nosotros asumiríamos las mismas situaciones de manera diferente.
¿Por qué es tan importante?
Desarrollar y potenciar nuestra empatía tiene múltiples beneficios no solo para aquellos que nos rodean sino para nosotros mismos. Algunos de ellos son:
- Nos permite mejorar la calidad de nuestras conexiones sociales. Un buen nivel de empatía bien gestionado nos ayudará a desenvolvernos mejor en cualquier situación social, incluso cuando no conozcamos a profundidad al otro.
- La práctica de la empatía aumenta nuestra capacidad para regular las propias emociones, lo que se traduce en una mejor gestión de lo que sentimos, incluso cuando estos sentimientos son displacenteros. Si quieres conocer otras maneras para regular emociones, revisa este post.
- A través de la empatía podemos mejorar la manera en que nos relacionamos en todos los aspectos de nuestra vida: académico, social, laboral, de pareja, familiar o amistoso.
¿Cómo desarrollar la empatía?
Según Headspace, practicar la empatía requiere la activación de diferentes áreas de nuestro ser actuando en conjunto: la parte cognitiva, que se encarga de comprender la situación ajena, la parte emocional, con la que nos es posible compartir las emociones del otro, y la parte espiritual, en la que a través de la compasión, deseamos de manera genuina el bienestar de aquel con el que empatizamos.
Algunos ejercicios que puedes realizar para desarrollar o aumentar la empatía, son:
- Interactúa con gente nueva. Comienza conversaciones con extraños o con personas que ya conoces pero solo de manera superficial, siente curiosidad por sus vidas, y sus emociones.
- Sigue en redes sociales a personas con diferentes esquemas a los tuyos. Distinta raza, religión o cultura.
- Si el comportamiento de alguien es molesto, piensa por qué. Reconoce que podría estar sintiendo una emoción que lo lleve a a actuar de esa manera. Ve más allá: piensa en las herramientas emocionales que tiene esa persona, en sus circunstancias o las situaciones que lo han llevado a ser quién es. Practica la compasión.
- Únete a alguna comunidad que trabaje por una causa activa.
- Reconoce tus privilegios. Agradécelos y analiza cómo tu contexto ha moldeado la manera en que respondes al mundo. Ahora, piensa en los miles de millones de contextos particulares que hay para cada quien, y como estos impactan sus perspectivas.
- Lee ficción. Leer sobre personajes y contextos ficticios te permite adentrarte en el corazón y mente de alguien diferente a ti.
- Mantén la mente abierta. No tengas miedo de cambiar de opinión. El cambio es crecimiento.
- Toma acción. Aboga por causas que ayudarán a otros incluso si estás cosas no te afectan a ti.
Recuerda:
¿Alguna vez has escuchado la frase "todo en exceso es malo"? Seguro que sí. Bien, este dicho no se popularizó de la manera en que lo hizo precisamente porque careciera de verdad. Al igual que todas las demás, las estrategias para el desarrollo personal deben ser bien gestionadas para que resulten efectivas y beneficiosas. La verdadera -y sana- empatía está enmarcada por tus límites emocionales y no requiere, de ninguna manera, que antepongas las necesidades de los demás. El tipo de empatía que promovemos en Psiconfort es aquella que nos hace sentir más conectados a los demás, una en la que tenemos espacio para nosotros y el otro. La empatía no te vuelve responsable de los procesos ajenos, no busca validación externa y no implica auto traición. Confía en tu intuición. La mejor manera de ayudar a otros, es cuidando primero de ti.
Gracias por llegar hasta aquí.